SESIÓN DE FAMILIA EN EL BOTÁNICO

Podría decir que ya he compartido más tardes con Amparo y sus pequeños que con muchas de las personas que han pasado por mi vida. Son cuatro años ya acompañándolos en una de esas tardes para el recuerdo. Las que recordarán cuando sean mayores. Cómo su mamá los abrazaba y mecía. Cómo su papá los llevaba de la mano y los lanzaba hasta el infinito. (…) Un día, cuando sean mayores, abrirán el baúl de sus fotografías y encontrarán la luz que tenían con 4, con 5, con 6 años… y eso es algo que todavía no puedo explicar. Sencillamente hay que vivirlo. Como padres y como hijos. Conectar instantes entre el pasado y el futuro, en eso que llamamos HOY, hace que me sienta como si tuviera un superpoder. Porque en ese momento en que te vuelves consciente, en el presente, por cómo te ves, por cómo te llega a tu corazón -como un halo de sensibilidad que nos hace más humanos-, que las cosas que más obviamos se vuelven muchas veces las más importantes… Me hace darme cuenta que el amor, además de lo que es, es lo que nos envuelve.
Amparo, Kiko, Nicolás, Rodrigo, gracias siempre por recordármelo.
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